domingo, 20 de febrero de 2011

MI, ME, CONTIGO…

El futuro aparte de ser incierto, es lejano y no podemos estar especulando con qué pasará si hago esto o si hago lo otro… Lo único que hay que hacer es tomar decisiones cuando llega el momento y no mirar ni hacia detrás, ni hacia delante, sino mirar aquí, en ese mismo instante, en ese sitio… ¿qué es lo que quieres, en ese preciso momento? Eso debemos preguntarnos…
Muchas veces, todo lo que esperamos que pase en el futuro, nunca pasa y si pasa es bastante distinto a la realidad que imaginamos o soñamos… Es fácil y bueno soñar, es difícil decidir y centrarse en el presente, pero ahí está la clave, las personas que verdaderamente son capaces de conseguir esto, son las que tienen verdadero éxito en la vida, y con éxito me refiero a la aproximación máxima a la felicidad o a llegar hasta ella… ¿quién dijo que fuera fácil? ¿Pero la recompensa merece la pena!
Una vez alcanzada la felicidad, hay cierta gente que le puede la presión por decirlo así, que no terminan de creerse que han conseguido lo que siempre han querido y se pasan todo el tiempo buscando todos los problemas que pueden hacer que se termine esta felicidad y no la disfrutan, y como consecuencia de esto, al final, si que terminan perdiéndola…
“Lo difícil no llegar, es mantenerse…” Por otra parte está esa clase de gente, que una vez conseguida esa dichosa y añorada felicidad, lo que hacen es explotarla hasta lo máximo posible, sacan todo el jugo posible de esta, disfrutan cada momento como si fuera el último y se olvidan de todo lo demás, para ellos el mañana no les preocupa porque quizás nunca llegue, esta gente son los únicos que realmente logran encontrar la verdadera felicidad, esa que a veces cuesta tanto encontrar que nos parece hasta una utopía…

Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad.
                                         

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